Norteamérica enfrenta un escenario desafiante a causa de los aranceles establecidos por el gobierno de Estados Unidos. Un informe reciente indica que las exportaciones de la zona podrían disminuir un 12.6% y las importaciones un 9.6% durante este año, lo cual representa las mayores reducciones regionales previstas. Este panorama se presenta en un entorno donde se esperaba que todas las regiones aportaran de manera positiva al incremento del comercio de bienes en los años venideros, pero las políticas comerciales han modificado notablemente las previsiones.
La caída en las exportaciones e importaciones en América del Norte se ve como un fenómeno único, ya que se espera que esta región sea la única en el mundo que experimentará un descenso en ambos indicadores. En particular, se estima que en 2025, las exportaciones disminuirán un 12.6%, seguidas de una caída más moderada del 1.2% en 2026. Las importaciones también sufrirán retrocesos significativos, con una disminución del 9.6% en 2025 y un 0.8% en 2026.
El cambio en las previsiones de expansión empresarial ha ocurrido después de la reevaluación de las estrategias comerciales actuales, que muestran el efecto de las tarifas arancelarias aplicadas y las acciones de represalia tomadas por otras naciones. Aunque se anticipaba que todas las áreas globales contribuirían al crecimiento, la perspectiva para América del Norte ha empeorado de manera significativa.
A diferencia de otras áreas del planeta, se espera que experimenten un aumento en sus exportaciones. Se prevé que en América Central, América del Sur y el Caribe haya un ascenso del 0.9% en sus exportaciones. Se estima que África podría ver un alza del 1.7%, mientras que Europa podría disfrutar de un incremento del 2.5%. Asia, por otro lado, podría experimentar un crecimiento del 3.5%, y para Oriente Medio se anticipa el mayor incremento, alcanzando el 5.1%.
Esta diferencia en el crecimiento se debe en parte a la relevancia de América del Norte en la fabricación y venta de ciertos productos, que han sufrido un golpe negativo por la inseguridad generada por las políticas comerciales de los Estados Unidos. La Organización Mundial del Comercio ha señalado que estas políticas han causado una reducción en la participación de América del Norte en el crecimiento del comercio global.
Aunque existen desafíos, algunas personas sostienen que la actualización de las normativas comerciales y el impulso de acuerdos multilaterales podrían ser una salida a este impasse. No obstante, la singularidad de los cambios recientes en la política comercial torna cualquier pronóstico más incierto de lo normal. Los especialistas en economía y comercio observan atentamente los datos que surgen y aseguran modificar sus proyecciones a medida que la situación evolucione.
El pronóstico actual marca un cambio respecto a 2024, cuando el volumen del comercio mundial de mercancías había crecido ligeramente más rápido de lo esperado. En ese año, se había estimado un crecimiento del 2.7%, pero el crecimiento real fue de alrededor del 2.9%, lo que refleja una relación casi constante entre el crecimiento del comercio y el crecimiento del PIB global.
El contexto presente presenta retos importantes, no solo para las naciones de América del Norte, sino para el comercio mundial en general. Las políticas de aranceles han generado un entorno económico incierto que podría influir en el desarrollo futuro de todas las áreas. La comunidad internacional debe buscar maneras de reducir estos impactos y promover un comercio más abierto y libre, que favorezca a todos los países participantes.