El ciclista toledano Federico Martín Bahamontes ha fallecido este martes a los 95 años de edad, tal y como ha confirmado el alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, en sus redes sociales. Apodado el águila de Toledo, ha sido uno de los siete ciclistas españoles que han conseguido alzarse con el maillot amarillo del Tour de Francia a lo largo de la historia de la competición gala.
Con profundo pesar, lloramos la pérdida de Federico Martín Bahamontes, el Águila de Toledo, un referente del deporte que ha llevado el nombre de nuestra ciudad a lo más alto.
El primer español en ganar el Tour de Francia forma parte de la historia del deporte en nuestro país,… pic.twitter.com/QuRV3wBvou— Carlos Velázquez (@cvelazquezromo) August 8, 2023
Bahamontes fue el primer ciclista español en llegar a París con el maillot amarillo, en 1959, pero además subió al podio en 1963 (segundo) y 1964 (tercero). En todo caso, la montaña era su terreno, como prueba el hecho de que lograse seis veces el Gran Premio de la Montaña en la prueba francesa, además de dos veces en la Vuelta a España y una en el Giro de Italia. Además, mantiene el récord de 52 primeros puestos en puertos de montaña del Tour. También fue famoso por las escapadas, su seña de identidad. Tanto, que estuvo ocho días seguidos en todas las escapadas y le dieron el premio a la combatividad.
Nació en el pueblo toledano de Santo Domingo-Caudilla en julio de 1928, se mantuvo 11 años en activo, entre 1954 y 1965, periodo en el que consiguió un total de 74 victorias. Su afición a la bicicleta se forjó en un taller toledano, regentado por el ciclista Moisés Alonso. Además, hacía repartos, en bici, para varios comerciantes y completaba sus ingresos con el estraperlo (comercio ilegal de productos gravados), también sobre las dos ruedas, por las empinadas calles de Toledo, que forjaron sus dotes para la escalada.
También apodado El Lechuga, comenzó como aficionado a los 19 años y en 1949, logró su primer triunfo, en el trofeo Luis Guijarro, y en la Vuelta a Ávila. Ya en los 50, se adjudicó pruebas como la vuelta a Albacete, la de Málaga o el campeonato de Castilla. Ya en 1954 se hizo profesional y ese año logró su primer triunfo internacional, en la subida al Mont Angel, en Mónaco, y su primer gran premio de la Montaña en su debut en el Tour, que repetiría en 1958, 1959, 1962, 1963, y 1964. Tras abandonar en la edición del Tour de 1965, su última victoria tuvo lugar en la Escalada a Montjuic, en octubre de ese año. En su etapa como profesional, además del Tour, subió al podio de la Vuelta a España como segundo en 1957 y ganó 11 etapas (siete en el Tour, tres en la Vuelta y una en el Giro).
En mayo de 2018 la ciudad de Toledo rindió homenaje a su más aclamado ciclista en un acto que contó con Miguel Indurain, Carlos Sastre, Óscar Pereiro y Pedro Delgado, ganadores todos ellos del Tour de Francia. Bahamontes subió desde el Paseo de la Vega hasta el Miradero en un coche descapotable a fin de rememorar ese mismo trayecto que realizó tras ganar el Tour de Francia en el año 1959.
El recorrido terminó en el Miradero, donde se descubrió la escultura que Javier Molina Gil esculpió para la ocasión y que representa al ciclista escalando en una posición de máximo esfuerzo.
En el homenaje, el exciclista toledano se mostró agradecido, pero criticó la tardanza de este homenaje. “Lo que hemos tardado para estar aquí. Más que cuando me hice novio con Fermina”, bromeó.
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