A finales de 2017, en el Atlético de Madrid daban por hecho que Lautaro Martínez (Bahía Blanca, Argentina; 27 años) pasaría a formar parte del club en el verano de 2018. El director deportivo rojiblanco, el italiano Andrea Berta, había salido ganador de una puja por el que estaba considerado una de las grandes promesas del fútbol argentino, consagrado como tal unos meses antes en el Sudamericano sub 20. Varios clubes europeos enviaron emisarios para verle en directo con el Racing de Avellaneda. El Atlético y el Dortmund fueron los más interesados, pero Rolando Zárate, por entonces agente del jugador, llegó a un acuerdo con la entidad madrileña.
Según fuentes conocedoras de las negociaciones, la dirigencia rojiblanca aceptó dos condiciones para no concretar el fichaje en el mercado invernal y para no publicitar el traspaso. Lautaro Martínez pidió permanecer hasta el 30 de junio de 2018 con el objetivo de participar en la Copa Libertadores con Racing y de paso hacer méritos para que Jorge Sampaoli le incluyera en la lista de la selección argentina para el Mundial 2018, esto último no se dio. La segunda razón para no airear el traspaso antes de tiempo fueron las elecciones a la presidencia de Racing, que debían celebrarse en diciembre de 2017. Según relataron en el Atlético, el presidente de Racing, Víctor Blanco, se presentaba a la reelección y anunciar el traspaso de Lautaro podía perjudicarle.
El acuerdo con el jugador y su agente era tan firme que Lautaro pasó una revisión médica con el Atlético para valorar cómo había quedado su tobillo derecho tras una operación. Esto último no gustó a Víctor Blanco, que nunca dio por cerrado el acuerdo. “Lautaro es de Racing, no es de Zárate ni del Atlético. Su cláusula es de nueve millones de euros y el Atlético ha hecho una oferta de 12.750.000 euros, más un 10% de una futura venta y la hemos rechazado”. Esas declaraciones del dirigente de Racing ya marcaron un punto de inflexión en el destino de Lautaro como futuro jugador rojiblanco. Racing le subió el sueldo a Lautaro y elevó su cláusula hasta los 20 millones de euros, pero no amplió la duración del contrato. La entrada en escena de un segundo agente del jugador, Carlos Alberto Yaqué, fue interpretada en el Atlético como el inicio de una segunda subasta. En marzo de 2018, Víctor Blanco, anunció al Inter de Milán como vencedor de esa segunda puja. La entidad italiana abonó 25 millones de euros, una cantidad que doblaba la del Atlético.
Seis años después de aquel fichaje truncado, Lautaro Martínez se presenta esta noche en el Metropolitano como una de las grandes amenazas que pondrá en peligro el intento del Atlético de remontar el 1-0 de la ida. “Desde chico fue un jugador extraordinario, lo ha demostrado en Racing, con el Inter y con la selección argentina”, admite Diego Pablo Simeone, que con varias llamadas telefónicas también estuvo implicado en la frustrada operación. “Encontró su lugar en el fútbol en el Inter, con un entrenador que favorece y potencia su estilo de juego. Es uno de los mejores delanteros de Europa”, abundó el preparador argentino sobre el que pudo ser su pupilo. Los números de Lautaro este curso son demoledores. Suma 23 goles en 25 partidos de la Serie A, su mejor registro desde que llegó a Italia. Solo necesita un remate y medio a puerta para marcar, lo que describe a un goleador con la puntería muy afinada. “Juega con la misma pasión que lo hacía Simeone, por eso se ha ganado a los hinchas interistas”, dice el exjugador y leyenda del Inter, Giuseppe Bergomi. “La capitanía que le dieron el año pasado le ha reforzado. Estamos ante su mejor versión porque hace de todo por todo el frente de ataque. Presiona, remata, asiste y baja a defender”, abunda Bergomi.
El entorno de Lautaro describe a un jugador casi obsesivo con la perfección: “Termina los partidos y le gusta ver los vídeos para ver qué ha hecho mal. La capitanía incluso le ha llevado a hacer esfuerzos que no debería. Muchas veces le ves defendiendo en su área cuando el entrenador tampoco es que se lo pida”.
En el partido disputado en San Siro, los centrales del Atlético sufrieron algunas de sus maniobras. Les desconcertó cuando retrasaba la posición para descargar el juego y les impresionó su poderío en el juego aéreo, pese a su estatura (1,74 metros). Su potencia en el salto le viene de sus tiempos de jugador de baloncesto. Bahía Blanca es una de las mecas de este deporte en Argentina y en edad juvenil Lautaro tuvo que elegir entre goles o canastas. No parece que se equivocara.
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