No habrá feliz Navidad para el Chelsea, que se perpetúa en el desastre. El equipo que más ha gastado en fichajes durante el último año y medio (1.078 millones de euros) ha conformado una plantilla repleta de medianías que tiene al equipo a 14 puntos de la cuarta plaza de la Premier cuando apenas ha jugado 18 partidos. Ocho los ha perdido, entre ellos en sus cuatro últimos desplazamientos. La última derrota (2-1) llegó este domingo en Wolverhampton ante un rival que el pasado verano recorrió el camino inverso, se convirtió en vendedor y disparó las dudas sobre su capacidad para mantener la categoría, más con la marcha de Julen Lopetegui en la víspera del inicio del campeonato. Hoy iguala a puntos con el acaudalado Chelsea en media tabla.
2
José Sá, Max Kilman, Dawson (Santi Bueno, min. 70), Tote Gomes, Nelson Semedo, Mario Lemina, Gomes Da Silva, Rayan Ait Nouri (Hugo Bueno, min. 86), Matheus Cunha (Matt Doherty, min. 86), Hwang Hee-Chan y Sarabia (Thomas Doyle, min. 75)
1
Dorde Petrovic, Levi Colwill (Ian Maatsen, min. 79), Malo Gusto (Benoit Badiashile Mukinayi, min. 79), Thiago Silva, Axel Disasi, Cole Palmer, Chimuanya Ugochukwu (Nkunku, min. 58), Sterling, Nicolas Jackson (Nonso Madueke, min. 79), Conor Gallagher y Armando Broja (Mykhailo Mudryk, min. 58)
Goles 1-0 min. 51: Mario Lemina. 2-0 min. 92: Matt Doherty. 2-1 min. 95: Nkunku.
Árbitro David Coote
Tarjetas amarillas Mario Lemina (min. 27), Conor Gallagher (min. 29), Cole Palmer (min. 56), Malo Gusto (min. 60), Nicolas Jackson (min. 61), Matheus Cunha (min. 63), Sterling (min. 99) y Bettinelli (min. 100)
No hay río de millones que encauce al club que en mayo de 2022 pasó a manos del consorcio inversor liderado por el norteamericano Todd Boehly, un tipo acostumbrado a poner huevos en varias cestas del deporte con participaciones en equipos de Los Ángeles (Lakers y Sparks, de baloncesto y Dodgers, de béisbol). Este verano además buscó entre su calderilla para, a través del consorcio que gestiona el Chelsea, poner los 75 millones que costaba el Estrasburgo y poner una pica en la liga gala. Boehly ya ha emitido varias señales de desubicación. Propuso un All-Star en la Premier e incluso que los descensos se definiesen en un play-off. En su primera campaña despidió a Thomas Tuchel tras perder en el estreno de la Champions en casa del Dinamo Zagreb. “Lo hizo en una reunión de tres minutos a las ocho de la mañana”, describió el técnico germano. Recién había comenzado septiembre y se fue a por el técnico del Brighton, Graham Potter. Puso los 25 millones de euros de su cláusula de rescisión y se lo llevó a Stamford Bridge. En abril le despidió.
Las dudas sobre que en el Chelsea se esté construyendo un equipo son más que razonables. La palabra más empleada por el técnico Mauricio Pochettino es paciencia, pero los movimientos del club parecen compulsivos y sin una dirección clara. La dupla de mediocentros conformada por Enzo Fernández y Moisés Caicedo requirió una inversión de 237 millones de euros. Los dos estaban ausentes en el duelo navideño contra los Wolves. En el banquillo se sentaba otro pivote defensivo, el joven de 19 años Romeo Lavia, fichado en septiembre al Southampton por 62 millones y que aún no se ha estrenado aquejado de una lesión en un tobillo.
Sí lo hizo al fin Nkunku (60 millones pagados al Leipzig), autor del gol postrero que daba esperanzas al equipo para igualar los dos con los que los Wolves creyeron ganado el partido. Antes el Chelsea había dejado pasar la opción de adelantarse en el marcador en una surrealista acción de tres jugadores contra el portero en la que Sterling decidió quedarse con la pelota en vez de entregársela a Palmer o Jackson para que la empujasen a la red.
El equipo más caro del mundo alineó bajo a palos a Petrovic, un portero serbio llegado de la MLS por 14 millones y alistó a futbolistas como Malo Gusto, Disasi, Palmer, Ugochukwu o Jackson, el exatacante del Villarreal. Por ese quinteto se abonaron 190 millones más. Todo el plan se adereza con la política que impulsa Boehly de formar contratos largos para que las amortizaciones no le penalicen. Así, el Chelsea parece más empeñado en hipotecarse que en construir y mientras tanto no sólo baten plusmarcas de gastos: es el equipo de la Premier que más partidos (19) ha perdido en 2023.
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