El Barça continúa sumido en un plan de viabilidad para sacar a flote su economía, lastrada por unos gastos que se resisten a bajar tanto como su abultada deuda. Pese a ello, Joan Laporta podrá acudir a la asamblea de compromisarios de este sábado luciendo un beneficio neto de 304 millones de euros en la campaña 2022-2023. Es una cifra engañosa, ya que solo se explica por los cerca de 800 millones que ingresó por la vía de las palancas, la venta de activos que le han permitido cobrar en diversas tacadas lo que de otra forma hubiera llegado de forma prorrateada en los próximos ejercicios: parte de los derechos televisivos y de la producción de contenidos. La novedad para el curso 2023-2024 es que el área económica del club prevé cerrar también con ganancias, limitadas a ocho millones, pero sin necesidad de echar mano de esos ingresos extraordinarios por la venta de activos.
“Hemos tapado el desagüe y esperamos que la temporada 2023-2024 sea un ejercicio de normalidad desde el punto de vista numérico”, ha afirmado en rueda de prensa el vicepresidente de la entidad, Eduard Romeu, para quien la obsesión sigue siendo la reducción de los gastos que debe afrontar el club, sobre todo los salariales. Solo las nóminas de los deportistas que el Barça tiene a sueldo alcanzaron una cifra de 676 millones frente a unos ingresos ordinarios de 860 millones. Esa mochila salarial creció sobre todo por la necesidad de fichajes y los contratos profesionales de canteranos, pero también porque se ha aprovechado la liquidez para liquidar deuda con exjugadores que vencían en los ejercicios siguientes, en lo que es un intento de hacer tabla rasa y empezar a mirar adelante.
Si la entidad es capaz de cumplir con su hoja de ruta de esta temporada, esos ocho millones de beneficios cerrarán un periplo iniciado en 2018 en el que de forma recurrente el negocio del Barça ha perdido en torno a los 200 millones por año. En el plano deportivo, será posible siempre y cuando la primera plantilla alcance como mínimo los cuartos de final de la Champions y se logre reducir los pagos a los deportistas hasta los 492 millones (184 millones menos y dentro de los parámetros de juego limpio financiero que marca la UEFA), que la cifra consignada en los presupuestos que tendrán que aprobar los socios. Romeu ha dicho en todo caso que tiene operaciones pendientes por si se producen imprevistos, aunque de momento la previsión de ingresos sufre una reducción considerable: de los 1.259 millones del año pasado a los 859 millones de próximo.
La junta del Barça tiene la mirada puesta en 2026. Hasta entonces, la gestión será casi de supervivencia, con unos recursos recortados sobre todo por el éxodo del primer equipo de futbol masculino al estadio de Montjuïc por las obras de renovación del Camp Nou. La mudanza impacta en las cuentas con unos ingresos inferiores en cerca de 80 millones respecto a lo que ofrecía el estadio azulgrana y, en cambio, los cálculos que hace el club señalan que el nuevo Camp Nou les aportará 250 millones de euros adicionales, savia nueva que le permitirá no solo pagar las obras (que prevén un coste total cercano a los 1.500 millones), sino también poder invertir en el capítulo deportivo y ganar músculo para reducir los 1.200 millones de endeudamiento que ha engrosado la entidad en los últimos años.
“Nuestra losa es la deuda”, ha reconocido un Romeu que ha señalado que esa cifra se ha logrado reducir en el último año y ha aprovechado para lanzar un dardo a la anterior junta presidida por Josep Maria Bartomeu: “Querría recordar que en mayo de 2021 no se podían pagar nóminas”. Ha echado pelotas fuera cuando ha sido preguntado por los supuestos sobornos al que fuera vicepresidente de los árbitros españoles, José María Enríquez Negreira minutos después de que trascendiera de que el juez había imputado a Joan Laporta por su mandato anterior, finalizado en 2010.
Freno a la salida a Bolsa de Barça Media
Gerard Romeu ha asegurado que el freno a la salida a Bolsa de Barça Media no es ajena a los deseos del club, que prefería dilatar el estreno anunciado en el Nasdaq neoyorquino hasta tener más maduro el negocio del que se encargará la empresa (que tendrá sede en Países Bajos), versado sobre la creación de contenidos, el metaverso y los NFT. “No nos podemos permitir salir a Bolsa con un valor y que este se deteriore”, ha afirmado, para subrayar su interés en dar más valor a la compañía. El acuerdo le permitió apuntarse ingresos extra para poder realizar fichajes, si bien uno de los inversores, Libero, no ha acabado abonando los 40 millones comprometidos y ahora el regulador bursátil estadounidense amenaza con expulsar al promotor de la operación, Mountain & Co, del Nasdaq Global Market porque no cuenta con los 400 accionistas acreditados que son imprescindibles.
El Barcelona cuenta con dos ases más en la manga para sacar dinero extra. Uno es la venta de parte de Barça Licensing & Merchandising, la empresa que se encarga de las tiendas del club después de que este decidiera explotarlas por cuenta propia. La asamblea ya le permitió desprenderse de un 49% de ese capital, aunque la voluntad es de ampliar su negocio para poderle sacar mayor tajada en una supuesta venta.
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